Trece uno veinticuatro

Mis memorias, empiezan acá. Y no es que antes no hubiera historias, de hecho las hay. Muchas y algunas muy tristes. Triste también es no haber tenido el valor de escribirlas en su momento. Todo postergado para un día tener ganas. Y las ganas no venían, confundí la necesidad de escribir con la de querer contárselo a alguien. Ahí me pregunté: ¿A quién? ¿Por qué?

Entonces, esto me hizo volver. Tuve que apretar muchas veces “olvidé mi contraseña” y “recordar inicio de sesión” para encontrarnos otra vez acá. Pero acá estamos, yo, el mate, el pucho y la página en blanco. No voy a prometerme nada de eso de “voy a escribir un capítulo por día” y bla bla bla. Esto no me sale así de fácil.

La realidad no existe, asique no voy a empezar tampoco diciendo eso, pero si existe MI realidad. Que puede o no, tener alguna similitud con la tuya y ahí empatizamos y bueno, te prendés a este texto a ver cuánto de todo lo que hay acá te hace ruido también.

Empezó un nuevo año, el 2024 para ser exactos, y así, de la noche del 31 del 2023, en un abrir y cerrar de ojos (literalmente) es, 01 del 2024. Y bailamos un par de días entre “feliz año” “feliz 24” “mis balances” y que se yo que mierda más. En dos meses vamos a estar todos con la lista de deseos viralizada y en dos meses más ya diciendo “estamos en mayo y no hice ni la mitad”.

Primero: paremos un poco. No existe tal exigencia de que porque cambio de día y de año todo lo que hiciste hasta acá lo mandas a una carpeta nombrada “2023”, archivo-nueva carpeta-cambiar nombre-2024, y ya está, toda la memoria RAM disponible nuevamente para básicamente CAGARLA. Tranquilate un poco.

Asique vamos a escribir sin presiones ni pretensiones.

Me di cuenta que mi relación con el mundo, tiene que ver con mi relación con la plata. Hace muchos años atrás, no tenía noción de la relación entre: todo lo que me costaba generarla: el tiempo, los ánimos, la rutina, las relaciones laborales, los conflictos, las malas contestaciones, el sueño, el estrés y lo que me costaba gastarla: nada y en boludeces. Pero si es cierto, que gastándola o no, mi ánimo con el resto del mundo, respondía a cuan limpia podía tener la mente de miedos a no tener dinero después. El factor que más colisiona con mis otros ámbitos de la vida es la incertidumbre. El no saber, pone en jaque todos mis demás rincones mentales.

Hasta no hace mucho, era una gastadora compulsiva en cosas que no necesitaba pero quería y creía que merecía. ¿El costo? laburo mucho loco, me lo merezco. ¿Cuánto sale? no importa es re barato, en comparación con todos los días pagar el impuesto al mal humor de mi compañero de trabajo y de estar laburando de lo que no quiero y no me gusta.

Cuestión…big bath question, que todo eso cambió en marzo 2023.

Un día como este, sentada frente a mi computadora, que no es mía, es prestada, dije: “no me alcanza”. Cerré mi Excel de gastos y entre a LinkedIn. Apliqué a una búsqueda de productora para una radio. Y pensé: ¿Tocar no es entrar cierto? Pues, toqué y entre.

El día que tenía más o menos todo cocinado para entrar, ese mismo día tenía que blanquear en el laburo en el que estaba, y ya mucho no me querían, que iba a tener dos trabajos. Y que, no menos importante, podía tenerlos.

No hizo falta tanto valor, porque mientras fumaba un cigarrillo en el patio, se acercó una persona con el poder de cambiarlo todo y me dijo “te puedo ayudar, ¿querés trabajar en televisión?”. La respuesta no vino enseguida, estaba en shock. Había salido a fumar, esperando que ese cigarro me diera valor además de cáncer. Asique casi sin mover un solo músculo de mi cara, dije: “No parece que lo sintiera realmente pero, estarías cumpliendo mi sueño”. Cabe aclarar que la noche anterior a ese día había dormido 0 horas, de los nervios.

Cuestión…big bath question, que ese día sería el primero de muchos de dormir pocas horas. Para ser más específicos: 3 hs.

Mi relación con el dinero y las personas iban a cambiar. También iban a cambiar LAS PERSONAS con las que me iba a relacionar y eso, creo yo, era a lo que talvez le tenía menos miedo, pero también me desafiaba a poner más atención.

De repente y sin siquiera poder procesarlo, estaba entrando el mismo día, por dos puertas nuevas, saludando a dos personas nuevas de seguridad y buscando a mis dos nuevos jefes. El de la radio y el de la televisión.

Ya pasaron unos cuantos meses de eso, y cuando creí que estaba todo más o menos encaminado: elecciones, cambio de gobierno, despidos, deneus y esas cosas. Se imaginarán que todos nos relacionamos de una manera u otra con las personas, según como estamos de guita: “no puedo salir porque no tengo plata” basta para que, si no es una relación profunda, no se lleve a cabo. Asique pasamos todos a tener el culo atornillado a la silla, los más valientes se fueron de vacaciones con un miedo terrible a no saber si tenés lugar cuando volvés y los que nos fuimos antes de que se prenda todo fuego, volvimos rápido para que no se note tanto la ausencia.

De esta manera, puedo decir que, de los pocos días que tiene esta nueva carpeta “2024”, todo es incertidumbre. Asique, nos metemos en la carpeta 2024, creamos otra y la titulamos: ENERO — INCERTIDUMBRE.

De momento, en esta carpeta, a la cual le quedan 18 días no podemos agregarle ningún personaje nuevo, ni historia nueva, ni proyecto nuevo. Mucho menos me atrevo a armar hoy y en este mes, mis objetivos para el año. O tal vez, podríamos armar una lista pero solo 1 deseo por mes.

ENERO: NO PERDER EL LABURO.

Nos vemos en febrero chicos, o en 15 días. Pero por favor, no hagan lista estos días. Para mí, el año empieza en marzo, asique todavía tenemos un changüí de lo que llamo “la losa” del 2023.